A principios del mes de Mayo del 2008 escribí un breve artículo que subí a uno de mis blog's de mi página Visión Global y consideré pertinente transcribirlo aquí, espero que sea leído y que me hagan algunos comentarios al respecto
Desde 2004 con el incremento de los precios del petróleo, las materias primas y los alimentos; en 2006 cuando inicia la crisis inmobiliaria y se acelera el crecimiento de los precios de los alimentos y del petróleo; en 2008 cuando la cotización llaga por encima de los 100 dólares el barril e incluso a rebasa los 150; viene entonces, en abril, la crisis alimentaria, acompañada de la profundización de la crisis inmobiliaria, la crisis de liquidez, la crisis financiera (es la crisis financiera más profunda desde 1929), la quiebra de bancos en los EEUU, las caídas persistentes de las bolas de valores y finalmente, con la recesión global, que formalmente inicia en octubre de 2007, se colapsa el sistema económico global: es la primera gran crisis económica global de la historia del capitalismo
La diferencia entre la crisis del 29 y esta de 2008, es que en aquella, para suerte de la humanidad, vivía J.M. Keynes. Hoy no se ve por ningún lado algún personaje preclaro que de luz a los dirigentes mundiales sobre lo que hay que hacer
Pretender solucionar ésta crisis rescatando a los bancos y a las empresas que cotizan en la bolsa, ya no funciona, ésta crisis es distinta, es verdad que sus antecedentes los encontramos en las crisis anteriores. Pero esta es la madre de todas, además es, por su naturaleza y su carácter, una crisis inédita, por lo cual utilizar remedios tradicionales, ortodoxos, ya no es válido, peor aún es pretender solucionarla implementando medidas que busquen revertir los efectos nocivos que se generan, sin enfrentar directamente los desafíos planteados por los nuevos problemas que están aconteciendo, queda de manifiesto que lo que se está haciendo (pretender curar un cáncer con aspirinas), es en esencia lo mismo que ya se hizo y que en el mediano plazo siempre resultó insuficiente y hoy no porque sean mucho mayores los recursos destinados a salvar bancos y empresas tiene por que ser diferente
Implementar remedios tradicionales no funciona cuando se trata de solucionar una crisis del tamaño y los alcances de esta, solo atenúa su gravedad, prolonga la agonía, elimina el dolor de momento o concede un respiro; se gana tiempo solamente, pero no se resuelve ni para el mediano ni para el largo plazo (parece que en el corto plazo tampoco)
Todos los problemas tienen causas y causantes, culpas y culpables; las causas y las culpas, de esta la primera crisis financiera global las identificamos en la desmedida ambición e irresponsabilidad de las grandes empresas transnacionales, de los bancos y de gobiernos complacientes, que no quisieron ver los fraudes y las triquiñuelas que se cometían con las necesidades del público. Y los causantes y culpables son los socios, los administradores de estas empresas, los bancos y los gobernantes que le apostaron a la no regulación; la mala noticia es que ya el G-7 (cabe señalar que Rusia no estuvo presente) y el grupo de los 20, acordaron que “a los bancos y a las grandes empresas, lo que pidan”
Finalmente, como siempre, serán las pequeñas y las medianas empresas, así como los contribuyentes de ahora y de mañana los que tendremos que cargar con el enorme peso de recomponer el desastre económico, ocasionado por la ineficiencia de los bancos y de las grandes empresas con cotos de dominio en el mercado global de bienes y servicios y el control monopólico del crédito
Entraba discretamente Obama en el escenario poítico, en aquel momento
A 9 de Mayo de 2008; recopilado el 26 de Noviembre de 2009
Jesús Torres Navarro
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